Tu objetivo en el juego El Dorado: El Constructor de la Ciudad del Oro es crear el imperio más poderoso de toda la península del Yucatán. Transforma tu pequeño asentamiento original en una ciudad animada de vida y rebosante de oro. Construye, desarrolla, gestiona tus recursos y aplaca a los Dioses. Domina a otros asentamientos recientemente levantados o existentes de otras familias mediante la conquista o las negociaciones pacíficas. Diplomacia o sangre... es tu elección.
Construye el imperio más poderoso y expansivo del Yucatán
Tu objetivo en el juego El Dorado: El Constructor de la Ciudad del Oro es crear el imperio más poderoso de toda la península del Yucatán. Transforma tu pequeño asentamiento original en una ciudad animada de vida y rebosante de oro. Construye, desarrolla, gestiona tus recursos y aplaca a los Dioses. Domina a otros asentamientos recientemente levantados o existentes de otras familias mediante la conquista o las negociaciones pacíficas. Diplomacia o sangre... es tu elección.
Conviértete en el arquitecto de tu ciudad mítica
Como Líder serás responsable de cada edificio construido en tu territorio, tales como aserraderos, templos, viviendas, cuarteles y muchos más. Planifica hábilmente tu ciudad, ya que cada vía puede desempeñar un papel clave en la gestión de tu ciudad. Las zonas bien planificadas de tu imperio tendrán un impacto especial en el desarrollo correcto y rápido de tu ciudad. El destino de los ciudadanos depende de ti.
Reúne recursos
En tu territorio hay muchos recursos cruciales para el desarrollo, la conquista y el mantenimiento de la estabilidad de tu imperio. Algunos serán usados en la vida cotidiana, otros recursos tendrán la oportunidad de ser parte de una gran variedad de armas, vitales para planificar tus escaramuzas.
Ofrece sacrificios a los Dioses para ganarte su favor...
No hay ningún juego basado en una mítica tribu antigua sin sacrificios, ¿cierto? El favor de los Dioses es una de las misiones básicas y más importantes del juego. Gracias a su aprobación tu ciudad no solo se desarrollará libremente, sino que además expandirá sus fronteras y adquirirá mayores capacidades militares y políticas. Satisface a tus Dioses para evitar su ira. Puedes hacer sacrificios mediante tu Sacerdote en lugares de culto, como los templos. Elige un esclavo adecuado, organiza un gran festival en honor de la Deidad escogida y lleva a cabo oscuros rituales secretos para deleite de la audiencia. A cambio puedes esperar la protección divina frente a diferentes cataclismos y un aumento en la producción de tus granjas y campos.
... o prepárate para su ira
Oro, tesoros, un desarrollo extraordinario... no puede ser tan fácil. Cada festival, ya sea uno periódico o uno grande y único, requiere sacrificios. Si olvidas el culto las Deidades enviarán numerosos cataclismos a tu imperio u otros problemas que entorpecerán tu desarrollo. Algunos serán más o menos duros, pero siempre es mejor evitar que un rayo solitario golpee tu casa y deje la ciudad en llamas o que un gran tornado cause estragos en tu ciudad. Planifica bien qué y cuándo ofreces a tus Dioses, ya que ningún mortal ha sobrevivido a su ira.
Conquista y esclaviza a los pueblos vecinos
Todo el oro se paga con sangre y la guerra es la forma más sencilla de hacerse rico rápido. Expolia recursos, consigue esclavos y conquista nuevas tierras necesarias para el desarrollo. Los Dioses no son la única preocupación, existen otros pueblos y tribus que tienen el mismo objetivo que tú. Organiza expediciones militares y refuerza el frente de guerra o las líneas de defensa con recursos que serán de ayuda en tus escaramuzas con el enemigo. Una gestión hábil de los recursos durante la guerra tendrá influencia en si tus soldados regresan como conquistadores victoriosos cargados de trofeos o como perdedores. ¡Lucha por el título del gobernante más poderoso de la Ciudad del Oro, El Dorado!
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