Leximan
En un golpe de suerte, te has matriculado en la escuela de magia más exclusiva del mundo: la Academia Elementinia. Lo malo es que en este mundo la magia es más bien bochornosa.
Sin embargo, tú tienes algo especial. Solo tú eres capaz de usar la leximancia, un poder desconocido hasta ahora que depende de algo tan fascinante como embrujador: el lenguaje.
La leximancia es una rama divertidísima de la magia, pero también supone un riesgo que como lo pienses, te haces popó. Hace años hiciste que pasasen COSAS, y desde entonces te confinaron al sótano de la escuela, con los demás fracas..., esto, estudiantes.
Tu vida como humilde hechicero del subsuelo se ve interrumpida al producirse un ataque a la Academia Elementinia por parte de alguien con planes desconcertantes y unas buenas bolas de fuego.
Ponte tu fiel sombrero, prepara tu léxico y conviértete en el marginado que termina salvando la escuela. O si no te va el heroísmo, al menos haz que pasen más COSAS. Venga, que ya no estás en el sótano. Vamos a ver de qué eres capaz.
CÓMO SER LEXIMAN
DEMUESTRA TU VERBORRAGIA. Lanza hechizos de leximancia en un sistema de enfrentamientos único basado en palabras, atrapando fragmentos de estas en el aire para deletrear ingeniosos encantamientos.
SÉ TÚ MISMO. Desentraña una historia sorprendentemente edificante sobre asumir quién eres realmente y hacerte más fuerte por ello. Cuando digo “sorprendentemente edificante” es porque también hay un momento en que das patadas a una trucha.
REBÉLATE. Usa ese cerebro tuyo tan cafre para encontrar palabras, resolver rompecabezas y superar diversos minijuegos. Invoca. Alivia. Aumenta. Enfurece. Echa un sueñecito. Ten éxito contra todo pronóstico, o relájate y disfruta de tus fracasos. Hay cientos de formas diferentes de jugar a este juego, y la mejor es la tuya propia.
EXPLORA. Ahí fuera hay montada una gordísima. Las estepas mágicas están delirantes de magia, la gente de la ciudad odia a los hechiceros como tú y hay cárceles. Supercárceles para hechiceros.
¿HAZ AMIGOS? Saca de quicio a un caótico elenco de personajes, desde brujas preparadoras de pociones y sudorosos musculomantes hasta una rimbombante agente de policía y una piromántica que está francamente hasta las narices.
CONSIGUE SOMBREROS. Regala sombreros a los duendes sombrereros, por favor, gracias.
